A continuación comentaremos el caso de una paciente de nombre JO –JO, es una buldog de apenas un año de edad la cual nació en la clínica por cesárea remitida de otro médico veterinario , JO-JO se presenta a la clínica con historia de no querer comer desde hace tres días además de vómito y un abultamiento en el flanco izquierdo el cual refiere su propietaria ha ido creciendo al pasar los días, en la valoración todo indicaba que dicho abultamiento correspondía a un absceso pues también presentaba fiebre, lo más sencillo hubiera sido puncionarlo, sin embargo y basados en la experiencia del personal médico tratante, se decidió realizar estudios de rayos X e incluso de no ser diagnósticos se realizaría un ultrasonido, cabe mencionar que JO-JO se veía muy decaída y con fuerte dolor por lo que el personal médico decidió iniciar su tratamiento para estabilizarla, al mismo tiempo se dio aviso a su médico, se le realizaron estudios de laboratorio con la finalidad de conocer más a fondo su condición y compromiso, al realizar el estudio radiológico y dado el tamaño del absceso no se pudo posicionar de forma indicada por temor a que este se abriera, al revisar las imágenes radiográficas cuál fue nuestra sorpresa pues encontramos incrustado en el fondo de su estómago una “CUCHARA SOPERA “metálica, lo cual nos dio el diagnóstico y nos puso en la disyuntiva.
¿Qué hacemos? Retiramos el cuerpo extraño (cuchara) por endoscopia o planteamos un procedimiento quirúrgico, lo cual nos obligó a revisar de nuevo a JO-JO y sus radiografías, a la revisión minuciosa el personal médico decide hacer el procedimiento quirúrgico pues existía la posibilidad que el extremo de la cuchara hubiera perforado el estómago y JO-JO cursara con peritonitis lo cual agravaría su pronóstico, una vez estabilizada se inicia su cirugía realizando una gastrotomía para retirar la cuchara del estómago, no sin antes verificar si existía perforación de este y peritonitis, encontrando que si existía perforación de la pared del estómago (fistula) la cual se adoso a la pared de la cavidad y cicatrizo, siendo esta la comunicación entre las capas internas y externas causante del absceso, no presentaba peritonitis y digo aún no había peritonitis partiendo del hecho de que al retirar la cuchara sabíamos se abriría la fistula que su organismo había sellado, afortunadamente y gracias a la habilidad de nuestros cirujanos se logró realizar la reparación primero del estómago y después de la pared abdominal, para finalmente drenar el absceso y realizar la limpieza y reparación de los tejidos dañados, es importante mencionar que el apoyo y monitoreo del anestesiólogo en estos pacientes tan comprometidos es primordial para tener un procedimiento quirúrgico exitoso, JO-JO al terminar su cirugía se recuperó rápidamente de la anestesia por lo que se pasa al área de hospitalización para continuar con sus cuidados pos operatorios, después de 24 horas de hospitalización y ayuno se desafía administrándole pequeñas cantidades de agua, a las 48 horas empieza a ingerir igualmente pequeñas cantidades de alimento, pasados 5 días de hospitalización JO-JO es enviada a su casa para su convalecencia, actualmente JO-JO se recuperó satisfactoriamente de este evento que pudo costarle la vida, siempre es importante tener cuidado que nuestras mascotas no tengan a su alcance objetos que puedan tragarse y causarles problemas, en muchas ocasiones este comportamiento se debe a la ociosidad, por lo que recomendamos dedicarles tiempo y atención y en casos graves la consulta con un etólogo calificado.